La televisión abierta tiene muy pocos canales. Cuando tengo tiempo de sentarme a ver algún programa no encuentro uno que me guste. ¿Por qué? Creo que ese es uno de los misterios del universo que el ser humano jamás podrá resolver. Una fuerza exterior me domina, evita que me levante y apague el televisor, me obliga a cambiar canales una y otra vez hasta el cansancio. Entonces elijo un programa, el que me parezca bueno para ser criticado constructivamente y lo veo dispuesta a descubrir todo lo positivo de él.
Eso fue lo que me paso con Chivisimo. Para los que tiene la suerte de nunca haberlo visto, se trata de un programa nacional que se transmite por canal seis a las cinco y media de la tarde, dedicado a la audiencia juvenil. Es lo que tú peor enemigo desea que veas. El tema principal es música y baile, por eso adoptan una canción y la bailan por semanas con los mismos pasos. Los presentadores hacen comentarios que ponen en duda su intelecto y las secciones son imitadas de otros programas o aburridas. (Por ejemplo: lo típico de las cartas, un plagio disimulado de tocar la campana para cantar, porque ellos no corren, avanzan en una especie de escalera para tocarla).
Pero hay que reconocer también las cosas positivas, pasaron de imitar muy mal los trajes de bailarines de circo a usar ropa normal, no volvieron a contratar a los de Axe Bahia y dejaron de decir frases como “huyhuyhuy”.
Puedo decir que compadezco a todos los estudiantes de comunicaciones cuyo sueño mas preciado sea el de pertenecer a este programa o a uno parecido, hago un llamado a la televisión nacional para que elimine de su programación a Chivisimo. Y Por ultimo la reflexión más profunda que pude sacar de esta critica constructiva es que soy muy afortunada al estudiar en la ESEN, pues esta absorbe cada minuto de mi vida y no me deja tiempo de ocio para que lo dedique a ver la televisión y me encuentre con programas como Chivisimo.
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